Los productos de tabaco saborizado han creado adicción generación tras generación, dañando a incontables comunidades y familias.
Las grandes tabacaleras venden una amplia variedad de productos y sabores para llamar la atención de ciertos grupos específicos y atraer a consumidores jóvenes. Esta industria tiene una larga trayectoria de enfocarse en las comunidades negras, hispanas y LBGTQ+, así como también en los jóvenes en general.
Por décadas, la industria del tabaco ha promovido los cigarrillos mentolados entre la comunidad afroamericana usando cupones, avisos publicitarios y patrocinando eventos. Hoy en día, cerca del 90 % de la gente de esta comunidad que consume cigarrillos fuma mentolados3, y lo mismo ocurre con la mitad de los hispanos que fuman.2,4
La industria del tabaco está utilizando su influencia en las comunidades de color para combatir las prohibiciones de los productos saborizados. Patrocinando figuras públicas de la comunidad negra, divulga el mensaje de que la prohibición de los productos de tabaco saborizados discriminan a los afroamericanos. Pero la preferencia por el mentol no es una casualidad. Todo es parte de la estrategia de mal gusto que las grandes tabacaleras siguen aplicando en la actualidad.
Las compañías tabacaleras enfocaron sus campañas en los grupos LGBTQ+ de maneras similares. Las personas de esas comunidades han sido blanco de avisos en publicaciones LGBTQ+, promociones donde se reparten cigarrillos y mercadería gratis para llamar su atención y mantenerlos atrapados. Hoy en día, las personas LGBTQ+ tienen casi el doble de probabilidades de utilizar cigarrillos electrónicos y cigarritos o puritos, que generalmente están saborizados, en comparación con los adultos heterosexuales cisgénero.
Las comunidades que la industria de tabaco tomó de blanco serán las más beneficiadas cuando los productos altamente adictivos con tabaco saborizado dejen de estar presentes en las estanterías de las tiendas.